Aunque su acceso aún es prohibitivo para la mayoría, tanto por su valor comercial como por su disponibilidad en el mercado, lo cierto es que cada vez escuchamos a más a personas que están controlando su peso a través de medicamentos inyectables. En especial en esta época del año, donde las celebraciones de fiestas patrias dejaron sus daños y se viene la temporada estival. Pero ¿son seguros estos fármacos recetados? ¿los recomiendan los médicos especialistas?

El doctor Kent Bradley, director de Salud y Nutrición de Herbalife, afirma que los titulares de los medios de comunicación reflejan el entusiasmo por los fármacos conocidos como agonistas del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) y ahora, por los agonistas duales del receptor del polipéptido inhibidor gástrico (GIP). Se espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) pronto designe a Mounjaro para sumarse a Wegovy y Ozempic como los últimos medicamentos para la diabetes aprobados para tratar el control de peso.

El ingreso de estos fármacos al mercado plantea más preguntas sobre la seguridad y quién exactamente debería utilizarlos. Estos fármacos marcaron puntos de inflexión para algunas personas que padecen obesidad severa crónica y no tuvieron éxito en sus esfuerzos anteriores para controlar el peso, asegura Bradley.

“Escuché historias de infinidad de personas que lograron mejorar la salud, a partir del cambio de mentalidad respecto de la capacidad de hacer cambios, seguido de un programa que las ayudó a controlar el peso, sin necesidad de inyecciones. Sin embargo, la salud de muchas personas de todo el mundo sigue deteriorándose porque la grasa corporal continúa en aumento. Por eso, no es de extrañar el gran alboroto causado por un enfoque con medicamentos recetados para el control del peso”.

Como médico con Certificación de la Junta en Salud Púbica y Medicina Preventiva de EE.UU., el profesional dice que le enseñaron a observar tanto las cosas que pueden contar con el apoyo de muchos como a ir contra la corriente. Para una sociedad que prioriza las soluciones rápidas y la gratificación instantánea, estos fármacos son increíbles. Pero, a pesar de todo el alboroto, debe preguntarse ¿cuál es el enfoque centrado en la salud y el bienestar general que cuenta con un sólido respaldo de la ciencia y es escalable para el bien público? La respuesta sigue siendo la combinación probada de actividad física periódica, dieta balanceada y cambios en el estilo de vida.

El médico y experto en nutrición aclara que los fármacos agonistas de GLP-1 no son nuevos. La FDA los aprobó por primera vez en 2005 para tratar la diabetes tipo 2. Actúan bajando los niveles de azúcar en sangre y aumentando la saciedad –esa sensación de sentirse lleno– para evitar comer en exceso. La tirzepatida, el ingrediente activo de Mounjaro, apunta a las señales de hambre del cerebro, reduciendo el apetito, que puede conducir al control de peso. “Y, si bien la pérdida de apetito puede hacernos comer menos, ¿logra que comamos en forma saludable? Nuestro cuerpo aún necesita el consumo diario constante de macro y micronutrientes importantes”.

Para el especialista de Herbalife, estos fármacos tienen el potencial de ayudar a personas que padecen obesidad severa crónica y no tuvieron éxito en sus esfuerzos anteriores por controlar el peso. Sin embargo, presentan riesgos y desventajas potenciales. Por ejemplo, explica Bradley, utilizarlos para el control de peso sin la dieta y actividad física adecuadas puede redundar en una reducción de la densidad muscular, malnutrición, impactos cardiovasculares y otros problemas conocidos. “Cabe señalar que la mayoría de los pacientes que dejaron de tomar estos fármacos recuperaron el peso, repitiendo el ciclo frustrante que experimentan tantas personas”. Para el doctor Kent Bradley, no existe una solución mágica cuando se trata de controlar el peso. La pérdida de peso sostenible es un compromiso de toda la vida que comienza con un cambio de conducta. Los resultados a largo plazo se obtienen fijando metas, manteniéndose físicamente activo, con una dieta balanceada y el descanso adecuado, y comprendiendo el impacto de la nutrición en el cuerpo.

“Sin dudas, es muy probable que los fármacos para control de peso hayan llegado para quedarse, y tienen el potencial de mejorar vidas y abrir puertas a personas que pueden obtener beneficios reales. Pero la buena salud es más que el control del peso. A menudo el objetivo final es mucho más que un número en la balanza: es una mejora de la salud general y una sensación de bienestar. Para ello, un enfoque como sociedad para ampliar el acceso a alimentos más saludables, mejor educación sobre nutrición, una comunidad contenedora, más normas que promuevan la actividad física y, en algunos casos, un coach que nos guíe en el camino sigue siendo elementos clave para alcanzar el objetivo”, concluye el director de Salud y Nutrición de Herbalife.

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