Su origen está en los aparatos electrónicos que nos rodean y que por hoy son muchos. Están afectando nuestras emociones, nuestro cuerpo y nuestra vida en general. Te enseñamos a reconocer sus efectos y a sanarte a través de la terapia Alama.

Somos víctimas constantes y estamos sufriendo los efectos de un tipo de contaminación que muchos desconocen, y que no afecta sólo a nuestro cuerpo, sino también a nuestra mente y nuestras emociones, alterando nuestro funcionamiento y nuestra vida.

El ElectroSmog es la contaminación ambiental generada por los campos electromagnéticos y eléctricos originados por las radiaciones de los aparatos eléctricos, electrónicos y conductores de electricidad.

Creado por la psicóloga chilena Valeria Mandakovic, el sistema de sanación Alama (http://enfoquealama.com ) es capaz de identificar este tipo de contaminación, sus efectos, si aparece como causante de alguna dolencia, y además, provee de un tratamiento y consejos prácticos a las personas que consultan.

¿Cómo nos afecta el ElectroSmog?

A lo largo del día nuestro cuerpo recibe una cantidad importante de radiaciones nocivas, provenientes del computador, de los celulares y de los equipos inalámbricos. Incluso, aunque no tengamos muchos aparatos en nuestras casas, muchas veces el peligro invisible viene del lugar de trabajo o del vecino. Las señales de internet inalámbrico cruzan nuestras paredes y nuestros cuerpos afectando nuestro organismo. Los automóviles con sus múltiples cables, equipados cada vez con tecnología más moderna (navegadores, Bluetooth) nos quitan energía y nos provocan malestares de diversa índole.

Es importante mencionar que la polución electromagnética atraviesa todo tipo de materiales (madera, cemento, metal y plástico) en una construcción regular, llegando a penetrar desde unos cuantos centímetros hasta miles de metros. La forma y la intensidad con que las radiaciones pueden perjudicarnos, dependen del sistema inmunológico de cada organismo con su propio grado de tolerancia y de factores como nuestros hábitos de sueño, alimentación,
actividad física y descanso, de nuestra edad, ocupación y nivel de exposición que tengamos al ElectroSmog.

“Muchos de los malestares que algunas personas tienen durante la noche, tales como insomnio, ansiedad o dolores de cabeza, son ocasionados por las influencias de los aparatos eléctricos/electrónicos que tenemos dentro de nuestro hogar, conectados dentro de nuestra casa y, peor aún, en nuestra habitación que debilitan de a poco el sistema inmunológico, haciéndonos aún más vulnerables”, dice Valeria Mandakovic.

Otros síntomas pueden ser el cansancio o fatiga excesivos, dificultades de concentración, vértigo, disminución del desempeño, mala absorción de nutrientes, dolor de piernas, alergias respiratorias, alzas de presión, etc. Síntomas que tendemos a significar como estrés por sobrecarga de trabajo, tal vez. Sin embargo, en algunos casos, lo que hay realmente es un “estrés por radiaciones” pero no lo reconocemos como tal.

Existen formas de disminuir nuestra exposición al electrosmog, como por ejemplo, desenchufar los aparatos eléctricos que tenemos en nuestras habitaciones por las noches, no abusar del celular, ponerlo en modo avión y dejarlo lejos de nosotros durante la noche, apagar el wi-fi también durante la noche, no dejar encendido el calientacamas mientras estemos acostados, así como no tener frigobar y, de ser posible, tampoco TV en la habitación.

Para más información puedes ingresar a http://enfoquealama.com

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