Estos productos fueron creados como parte de una terapia sexual enfocada en la mujer, luego vendidos en catálogos de electrodomésticos y más tarde condenados por inmorales. Sin embargo, hoy han resurgido como alternativas para salir de la rutina sexual y hasta tratar disfunciones sexuales.
La historia del vibrador se remonta a mediados del siglo XIX, pero no como juguete sexual sino que como un elemento terapéutico para mujeres que padecían de una enfermedad que se bautizó como histeria y que reunía síntomas tales como ansiedad, mal genio, insomnio e inapetencia y que era tratada por los especialistas de la época masajeando manualmente el clítoris de las mujeres, una técnica que se denominó paroxismo histérico.
En 1869 George Taylor, un médico estadounidense creó un vibrador a vapor al que llamó The Manipulator (el manipulador) que usaba en su consultorio para tratar a aquellas con la mencionada enfermedad.
En 1880 el médico inglés Joseph Mortimer creó el primer vibrador electromecánico que constaba de una forma fálica, fue recién en 1902 gracias a una iniciativa de la empresa estadounidense Hamilton Beach que el vibrador sale de las consultas de los médicos a los hogares. Fue tal su boom que en 1918 un catálogo de Sears, marca de electrodomésticos incluyó la venta de un vibrador portátil con accesorios para, según indica el anuncio, “uso casero”.
Si bien los vibradores gozaron de una reputación netamente de bienestar sexual, esto cambió a mediados del siglo XX, ya que la Asociación Americana de Psiquiatría declaró que la histeria femenina no era una enfermedad legítima y por otro lado porque estos productos comenzaron a aparecer en las películas pornográficas. Estos dos hechos transformaron el vibrador de ser un elemento popular a uno polémico y rodeado de prejuicios morales.
En 1968 se marca otro hito para el vibrador luego que la marca japonesa Hitachi presentara el vibrador Magic Wand que fue todo un éxito aún cuando tenía un diseño poco ergonómico, incómodo y funcionaba con enchufe. Fue recién en la década de los ‘90 destronado por Rampant Rabbit, el vibrador que por primera vez incluyó un estimulador para el clítoris y la vagina.
A pesar del éxito de estos productos, tuvieron que pasar varios años antes que el vibrador así como también otros juguetes sexuales dejaran de lado su mala reputación. En la actualidad varios de ellos están asociados con bienestar sexual y son usados como apoyo en terapias de disfunciones sexuales tanto para mujeres como hombres. Entre ellos, los vibradores, las bolas chinas, consoladores y otros.
La tienda Starsex, cuyo slogan es “nunca dejes de jugar”, se enfoca en entregar alternativas para el bienestar sexual tanto individual como de la pareja, por lo mismo, el local cuenta con dos pisos donde puedes encontrar una amplia colección de productos tales como juguetes, pero también lencería, juegos de salón eróticos para parejas, aceites de masajes y otras novedades que se pueden ver en el mercado internacional.
Marisol Castillo, Psicóloga y Experta en sexualidad y Tantra Contemporáneo, confirma que los vibradores son una alternativa que tienen las parejas para innovar en el sexo. “Entregan novedad al encuentro, pero además la mujer puede usarlos para descubrir su propio erotismo y explorar su cuerpo y zonas erógenas”. Aún así recalca que en caso de usarse como terapia para tratar una disfunción, el uso de este tipo de productos debe ser recomendado y guiado por un especialista calificado en el ámbito.