Conocida en Instagram como @supermadreblog, la psicóloga acaba de publicar Pataletas, una completa guía para comprender las causas de las desregulaciones emocionales de niñas y niños, y adquirir las herramientas para contenerlos.

La volumen invita a sumergirnos en la vida emocional de los niños y niñas, para reconocer lo que sienten y lo que nos quieren decir con sus temidos berrinches. A lo largo de estas 180 páginas, la autora explica, de forma sencilla y clara, los procesos físicos y cerebrales detrás de los desbordes emocionales, complementando la teoría con ejemplos cotidianos de su experiencia en la infancia, como madre y como psicóloga. Además de esto, Pataletas entrega a los lectores una serie de ejercicios prácticos de análisis, observación y reflexión sobre el comportamiento de los niños a su cargo, y sobre su propio sentir como cuidador.

“Cuando algo se desborda en su contenido, necesita un contenedor, algo que lo ataje, que lo sostenga para no caer a la nada, al vacío, para que no duela y podamos ordenarnos otra vez, emocionalmente hablando”, explica Signorelli. “Si no observo, no sé cómo hacerlo. Imagina que eres el arquero de un equipo de futbol y te van a lanzar un penal: tienes que observar muy bien a quién lo va a lanzar, tal vez conocer sus jugadas de antes, mirar su cuerpo para entender cómo va a lanzar y así poder atajarlo, también usar tu intuición y experticia como arquero. Eso es contener: observar para luego actuar y lograr agarrar la pelota”, ejemplifica.

La autora propone abandonar la idea que sugiere que los debordes emocionales son sinónimo de un niño desafiante o manipulador, y, en lugar de esto, recomienda mirar la infancia desde un lugar respetuoso y cuidadoso. La clave, asegura la psicóloga, está en entender las emociones y el temperamento del infante a nuestro cargo, teniendo en cuenta conceptos cómo la integración sensorial y el apego.

En este sentido, tal como se desarrolla en el libro, es fundamental conectar con la propia infancia, recordar cómo fuimos regulados en nuestra niñez y, desde ahí, empatizar con la emocionalidad de los niños. “Cuando nos estresamos, cuando vivimos emociones intensas, somos niños otra vez y se requiere de un adulto para contener y calmar a un niño. Al entender cómo actuamos desde nuestra esencia emocional, desde el niño que fuimos, podemos calmarnos o buscar calma, antes de actuar y antes de regular a nuestros hijos”, comenta Signorelli.

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