Lavarse el pelo no es tan fácil como parece, ni tampoco sabemos las consecuencias que tiene el hacer bien o mal el proceso.En nuestra rutina ‘beauty’ simplemente es parte de un gesto casi mecánico, al que no prestamos demasiada atención.

Pero a veces, el éxito de nuestra salud capilar puede estar dependiendo (en parte) en cómo nos lo lavamos.

¿Te saltas alguna de estas cosas? Adolfo Ramírez, creador del mítico champú de cebolla de Nuggela y Sulé nos dice cómo sacar el máximo partido a nuestro lavado.

1- Comprueba los ingredientes del producto: algunos agreden la piel y son prejudiciales para el cuero cabelludo, como algunos alcoholes, sulfatos (ASL, SLS)…

2. Tener en cuenta el estado de nuestro cuero cabelludo: caspa, irritaciones, caída excesiva… Para estos casos utilizaremos un tratamiento aparte de farmacia que se alterne o complemente con el champú normal o incluso pueda llegar a sustituirlo. En estos casos, consulta primero a un dermatólogo.

3. Identificar el grosor del cabello: fino, normal o grueso. El champú que usamos tendrá que ir acorde con su anchura. La peluquera Noelia Jiménez nos comenta que ‘el tipo de grosor del cabello de cada persona a veces es difícil de auto-diagnosticar, por eso lo ideal es recurrir a un profesional’.


PISTAS PARA DETECTAR EL GROSOR DEL PELO

  • El cabello fino y liso suele enredarse muchísimo y estar pegado a la raíz, sin nada de volumen y se suele engrasar casi a diario.
  • El medio suele tener una ligera onda. Secándolo hacia abajo consigues levantar la raíz. Este tipo de cabello es el más manejable. No se enreda tanto como el fino, salvo en la zona de la nuca.
  • El grueso tiene dos caras, la del rizado con mucho volumen natural, y la del liso que, por ser tan grueso, pesa tanto que se aplasta por completo en la parte alta de la cabeza.

4. Decidir qué beneficios potenciar: La búsqueda de brillo, volumen, nutrición. Siempre tenemos alguna condición especial que mejorar, identifica cuál es.

5. Seguir la frecuencia de lavado adecuada: cada 3 días si la higiene lo permite o, si el pelo es muy graso, todos los días pero con una sola dosis de champú.

6. Cepillar y desenredar el pelo antes de lavarlo: evitarás que se formen nudos difíciles de quitar y el pelo se parta con el cepillado.

7- Menos es más: según el peluquero Eduardo Sánchez ‘se debe evitar el exceso de producto cuando apliquemos el champú, las mascarillas o las cremas de peinado; ya que pueden asfixiar el folículo piloso y provocar la caída del cabello’.

8- No aplicar el champú directamente sobre el pelo: primero en las manos para un reparto más homogéneo y llegue la misma cantidad a todos lados.

9- Trabajar la raíz al menos tres minutos: masajeando despacio para activar la circulación sanguínea lo que hará que se nutra mejor. Repetir la operación dos veces (una con champú y otra sin, sólo masaje).

10- Dejar que el resto del pelo se limpie solo: con la espuma que va bajando desde la raíz hasta las puntas, sin añadir más champú para éstas.

11- Aclarar con agua templada y terminar con fría: ganarás un extra de brillo.

Seguro que tu melena notará el cambio si sigues todos los pasos, nosotros hacíamos muchas cosas mal, ¿y tú?

Texto redactado por: Marichu del Amo para Elle España

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